02 octubre 2010

.: Relaciones Abiertas :.

Uff!, tenía tanto que no escribía aquí, y en realidad no tenía nada bueno que decir, y ahora que necesito desahogarme, utilizo la mejor catársis: ESCRIBIR. Antes de empezar esta entrada, quiero dejar en claro dos conceptos importantes... 

El concepto de lealtad tiene que ver con la existencia de sentimientos de pura devoción y confianza hacia otro. La lealtad es considerada una de las virtudes más sinceras y honorables que el ser humano puede sentir. Es una virtud humana que tiene como objetivo el facilitamiento para establecer profundos lazos de amor, solidaridad y cariño entre los individuos, es a través suyo que el ser humano puede confiar en otro. 
Probablemente nadie entienda mejor la lealtad que aquel a quien le han traicionado alguna vez. Todos esperamos la lealtad de los demás.La lealtad es un corresponder, una obligación que se tiene al haber obtenido algo provechoso. Es un compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos. Por eso el concepto de la lealtad se da en temas como la Patria, el trabajo, la familia o la amistad. Cuando somos leales, logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a su etapa más profunda. Todos podemos tener un amigo superficial, con el que salimos de fiesta o tomamos un café, sin embargo la lealtad implica un compromiso que va más hondo: es el estar con un amigo en las buenas y en las malas.  
La lealtad es un valor que no es fácil de encontrar, es por supuesto, más común aquella persona que al saber que puede obtener algo de nosotros se nos acerque y cuando dejamos de serle útil nos abandona sin más. En toda relación se adquiere un deber respecto a las personas, como la confianza y el respeto. La Lealtad no es consecuencia de un sentimiento afectivo, es el resultado de una deliberación mental para elegir lo que es correcto. El mentir para encubrir las faltas de un amigo (en la casa, el trabajo o la escuela) no nos hace leales, sino cómplices.

La fidelidad es un valor fundamental. Ya hemos escrito antes del valor de la lealtad que se aplica muy directamente con amigos, amistades, familiares y compañeros de trabajo. Sin embargo la fidelidad como valor se aplica más directamente a las relaciones de pareja entre novios y entre esposos y no es necesario sufrir la infidelidad de la pareja para entender que este es un valor fundamental. La fidelidad es el íntimo compromiso que asumimos de cultivar, proteger y enriquecer la relación con otra persona y a ella misma, por respeto a su dignidad e integridad, lo cual garantiza una relación estable en un ambiente de seguridad y confianza que favorece al desarrollo integral y armónico de las personas. 

Una de la peores consecuencias de la falta de fidelidad o lealtad se puede ver en el rostro de los que luego se arrepienten y ya nada pueden hacer. Los rostros de los infieles y de los engañados llevan una marca de amargura muy difícil de borrar. Por eso para evitar vivir una vida llena de vergüenza y amargura lo mejor es ser sinceros, y no solo con la otra persona, ser sinceros con uno mismo, con lo que cree. El engaño a otros inevitablemente nos va a rebotar y a la larga los perdedores seremos nosotros mismos... siempre hay un karma.

Desafortunadamente, vivimos tiempos muy diferentes, la liberación femenina trajo consigo no solo una igualdad social respecto al hombre, sino una apertura mayor, donde podemos actuar tal y como lo hacen ellos. Y uno de estos caso en partícular es la sexualidad, tal fue el boom, que ahora podemos decidir si queremos acostarnos con Pepito Perez aun si lo acabamos de conocer, o podemos ser infieles tal y como lo hacían nuestros abuelos con "la casa chica". Y no digo que antes no lo hicieran las mujeres, pero eran secretos a voces, doble moral, bien decía el dicho "en la cena una dama y una perra en la cama", hacerlo se convertía en un secreto guardado en un baúl con doble candado. Y ahora, aunque la mujer que habla abiertamente de su sexualidad y no mantiene relaciones estables sigue siendo etiquetada de "piruja, fácil, libertina", es cada día más común encontrarlas, conocerlas y vivir una intensa noche de pasión y después no volverse a hablar.

Con tanta apertura, y la sexualidad tan fácil, la fidelidad es casi imposible, al menos en el concepto que se tenía, "no veas a nadie más que a mi"... eso es verdaderamente imposible, siempre habrá gente atractiva, y siempre habrá oportunidades para pasar la barrera con ella... por esta razón, las relaciones deberían ser más abiertas y así evitar tanto sufrimiento. Una pareja puede marcar los límites, lo que se puede y no hacer dentro de la relación, de tal modo que ambos puedan cumplir el trato. 

Las relaciones abiertas están sostenidas por confianza, comunicación y complicidad (en el ideal de los casos). Parecen el modelo idóneo de pareja. Promete lo mejor de ambos mundos: el de las parejas y del la soltería. Allí confluyen -aparentemente de manera armónica- distintos deseos y anhelos. El de compartir tu vida con una persona que quieres, sin por eso tener que cerrarte a experiencias nuevas, al cosquilleo de descubrir un cuerpo desconocido. Sin embargo, son tan peligrosas porque se mueven por zonas libres, sin leyes, ni reglas. Por terrenos desprotegidos de las modalidades y los tabúes de una relación “convencional” y donde muy fácilmente se te puede resbalar de las manos la libertad que eso conlleva.